Agite uno de mis dedos y la pesada puerta de la entrada principal se abrio, era un rectangulo negro cubierto por diminutas runas grabadas que evitaria la entrada de indeseables. Entre lentamente y detras de mi la puerta se cerro silenciosamente y se bloqueo sola.
Como a otros tantos elfos oscuros no me era necesaria la luz para ver, asi que me movia con facilidad en el entorno sombrio de mi vestibulo. Estaba todo practicamente vacio, al fin y al cabo siempre habia odiado los muebles y los entornos recargados.Subi al piso superior por unas escaleras sumamente detalladas.
Alcance el segundo piso y mis ojos se acostumbraron con facilidad a la luz magica de este.Habia dotado con resplandores violetas las paredes de caliza pulida para exhibir la inmensidad de mi despacho y para resaltar las decoraciones de los muros. Mire de reojo mi lecho, nunca lo usaba, al fin y al cabo hace muchos años utilice magia negra y unos sencillos hechizos para evitar tener que dormir... durmiendo murieron muchos.
Seguro al fin de que nadie me veria chasqueé los dedos y aparecio mi escritorio. Lo ocultaba mediante el uso de un complicado encantamiento que lo trasladaba a otra dimension, el mismo encantamiento que ocultaba todos mis pergaminos de conjuramiento...nunca aprecie los armarios.
Me levante detras de mi escritorio de hueso blanco y observe el ultimo objeto de la habitacion, el reloj. Aunque, naturalmente, no se trataba de un reloj corriente...era una gruesa columna irregular que llegaba hasta el techo, cada mañana yo le traspasaba una pequeña cantidad de magia que la calentaba hasta q esta empezaba a brillar. A lo largo de la jornada el resplandor iba ascendiendo a un ritmo constante y ello me permitia calcular el tiempo sin necesidad de salir a la calle a mirar el cielo.
Era mi hogar...por el momento. Lo unico que me retenia en esta ciudad era mi venganza, aunque tenia ganas de pasearme por el lugar, me habian contado que en este lugar convivian seres interesantes...quizas alguno mereciese ser estudiado por mi.
Cansado me recoste en la silla de huesos y chasqueé los dedos, lo que hizo aparecer un vaso de vino en mi mano...este iba a ser mi hogar durante mucho tiempo, asi que lo mejor era disfrutarlo...
Sonrei